Muchas son las preguntas que giran en torno a este dilema: ¿De qué voy a vivir el resto de mi vida? ¿Qué carrera debo seguir: la que me apasiona o la que me traerá más dinero? ¿Debo estudiar una carrera universitaria o técnica?
Aquí compartiremos contigo algunas ideas claras y concretas para que tengas un mejor criterio al que elegir la carrera de tus sueños y para que, en caso seas padre de familia, manejes mejor esa situación y no despilfarres tus recursos en la formación profesional de tu hijo(a).
Para una persona que quiera empezar siendo empleado(a) y con el tiempo escalar en la escala jerárquica de la misma, el título universitario es importante. En cambio, no lo es tanto para una persona que quiera tener una independencia financiera, especializarse y enfocarse en aquello que realmente lo satisface.
Veamos un caso:
Hay personas que quieren en sus vidas un progreso financiero rápido, tener una educación financiera importante y por ende una temprana libertad financiera. Van a una universidad para estudiar alguna carrera relacionada con la economía. Sus profesores de inversiones no se dedican del todo a dicha profesión y posiblemente ni siquiera hayan pisado una bolsa de valores. La pregunta es: ¿podrán estos profesores enseñarles a sus alumnos a crear riquezas?
En este caso, para una persona que quiera enfocarse en áreas muy específicas, sin estudiar materias de más, es preferible estudiar cursos totalmente especializados o seguir programas de formación técnica especializadas en el área de interés del alumno a pasarse 5 o 6 años en una universidad estudiando un centenar de temas podrían no servir al momento de ejercer su profesión.
Veamos otro caso:
En ciertos momentos de nuestras vidas, les contamos a nuestros familiares qué profesión soñamos con ejercer cuando adultos. Sin embargo, en muchas ocasiones, ellos nos responden algo como: "Oye, eso no da plata. Mejor elige alguna carrera que sí te la dé". Posiblemente aún te lo digan. No te dejes llevar por ese prejuicio. Siempre recuerda que no es la carrera o profesión la que produce éxito, sino la capacidad de cada persona de monetizar su talento.
Por ejemplo, hay pintores ricos, y otros pobres que dirán que "de la pintura no vive nadie". En esta vida tu puedes ser pintor y rico, y feliz. Estudia aquello que te haga ver la llegada de un lunes con la misma ilusión con la que ves la llegada de un viernes. Si en este mundo existen tantos referentes que lo han logrado, ¿por qué tú no?
Veamos un caso más enfocado en los padres que viven este dilema con sus hijos:
Si tu hijo(a) decidió seguir una carrera que no esperabas, que no te gusta, o que no seguiste tú, no te opongas. Si quiere ser futbolista, dile: "Sé el mejor futbolista del mundo". Si quiere ser actor, dile: "Sé el mejor actor del mundo". Si quiere ser escritor, dile: "Sé el mejor escritor del mundo". Para un padre de familia es muy importante que su hijo(a) sea feliz. Muchas veces los papás son egoístas. Cuando los hijos decidan qué hacer con su vida, sus padres no tienen el derecho de decirle: "Hijo, estudie esto porque solo así te irá bien en la vida". Dile a tu hijo(a): "Sea a lo que sea que te dediques, sé el mejor".
Hoy en día, existen personas exitosísimas sin haber finalizado la universidad. Personas que entendieron que "las ideas son el nombre del dinero en el siglo 21". Por ejemplo, Mark Zuckerberg no había terminado la universidad cuando surgió la idea de crear Facebook. Solo necesitó lo que había aprendido sobre programación e hizo realidad esa grandiosa idea.
En conclusión, la universidad es una opción. Solo tú manejas los hilos de tu destino y no debes permitir que otra persona se meta en tu cabeza y lo haga por ti. Recuerda que todos vinimos a este mundo a ser felices. Sé feliz haciendo lo que te gusta. El dinero solo es una consecuencia de ello.
Mucha suerte.
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